Son las 2:30 a.m., el cuarto rosado, con la foto ampliada del día de los 15 años de Sara y sus peluches reposando en la cama han cambiado de color, se ha transformado en un cuarto gris y oscuro lleno de nostalgia, incertidumbre, arrepentimiento y preocupación.
Sara en medio de su desvelo y llanto sólo piensa en lo que hará si la prueba sanguínea de embarazo que se realizo esa tarde, sale positiva. Mientras tanto, Juan duerme espléndidamente en su lujosa casa de cristal y aunque sus sueños tratan de recordarle que su novia tiene un retraso, puede más su pesado sueño de borracho que su propia conciencia.
Ya son las 4:00 a.m. Sara sigue llorando sin consuelo debajo de su almohada con el temor de que su madre o su padre la escuchen y se enteren que tiene problemas, las ansias y la preocupación pueden más que ella misma, ¿a qué horas empezó todo esto?, ¿yo me cuidé?, ¿él se cuido?, ¿Qué paso?, ¿Por qué a mí?, ¡tan sólo tengo 16 años!, se pregunta sin consuelo alguno, Sara.
Llegaron las 6 de la mañana, la habitación de Sarita es irrumpida por el sonido de la puerta y la voz dulce de doña María la mamá de Sara que todos los días antes de irse a trabajar la levanta para que pueda ir al colegio; Sara abraza a su mamá y desvía la mirada, para su madre no note sus ojos de llanto, ella se despide de Sara le da la bendición y le desea muy buena suerte para este día.
Sara se levanta acongojada con la esperanza de que al entrar al baño y revisar su interior, observe que su período ha regresado y no hay por que preocuparse, pero para su mala suerte hoy después de 2 meses su período aún no regresa; ella se arregla rápidamente coge el teléfono y llama a Juan, Juan por su parte tiene una resaca que no le permite ni agarrar el teléfono, Sara insiste llamándolo al celular, pero todo sus intentos de localizarlo son en vano, Juan no contesta y quien sabe cuando contestará.
La ex señorita no sabe que hacer y decide llamar a su inseparable amiga Laura para que la acompañe a reclamar los resultados de la prueba de embarazo al laboratorio, Laura por su parte se encuentra más nerviosa que su amiga pero, sin importarle el hecho de escaparse junto a ella del colegio, la acompaña por los resultados. Se dirigen sin levantar sospechas, por los resultados al laboratorio con la esperanza de que en ese papel que dice cantidad de datos sin importancia alguna, se encuentre al final una sola palabra negativo.
Sara y Laura llegan al laboratorio ubicado en el centro de la ciudad, obvio, donde era más económico el valor del análisis, porque la mesada de Sara no alcanzaba para un examen en un buen laboratorio; ingresan tímidamente a la sala de espera, hay una señora con tres hijos de las manos, (cual de todos más inquietos) esperando relajadamente su cuarto examen de embarazo con resultado positivo.
Sara se acerca a la secretaría quien antes de entregarle los resultados la mira con ese rostro de ternura y lastima que tienen todas aquellas personas cuando observan a las jovencitas en embarazo y piensan en su interior: “pobre niña se cago la vida”.
La secretaría entrega el sobre a la ex señorita, en ese sobre esta marcado el futuro de Sara, quien no es capaz de abrirlo controlada por los nervios, Laura que como tal se encuentra a la margen del problema de su amiga aceleradamente rasga el sobre, saca el papel lo desdobla ágilmente y dirige su mirada al resultado, un total silencio se escucha en la sala de espera del laboratorio, segundos después Laura abraza a su amiga con lágrimas en los ojos y le dice casi susurrando que el resultado es positivo, que si esta está en embarazo ; el cuerpo de Sara esta congelado no llora, no respira solo esta quieta y asombrada.
Juan a penas despierta, observa su celular mira la hora y descubre que a perdido dos clases en la universidad y que su novia lo ha llamado varias veces a pesar de ser tan temprano. Juan la llama; en la sala de espera se escucha el altísimo ring tong del celular de Sara quien no espabila ni siquiera, Laura contesta y le cuenta a Juan lo que sucede; al otro lado del teléfono Juan queda también impactado pero reacciona rápido, pregunta a Laura donde se encuentran para recoger a su novia y hablar con ella del problema en el que están metidos.
Sara reacciona un poco y pregunta a Laura, casi ahogándose ¿Qué va a hacer?, Laura como su amiga y como niña educada en la religión católica, dice a Sara: “ la vida es el máximo regalo que Dios nos da, hay que cuidarla y defenderla, sobre todo si se trata de una vida que aun no ha nacido, pues debes tener claro que la vida inicia en el momento de la concepción; por nada del mundo vayas a abortar porque si lo haces estarías matando a un bebé inocente”.
Juan viene muy tranquilo en su auto escuchando la salsa que tanto le gusta, minutos antes de llegar ante su novia suena la canción de Rubén Blades, “decisiones”, esa que dice: “la ex señorita no ha decidido que hacer, en la clase de geografía la maestra habla de Turquía mientras que la susodicha sólo piensa en su desdicha y en su dilema hay que problema; mientras tanto el novio ensaya que va a decir seguro que va a morir cuando los padres se enteren y aunque él otra solución prefiere no toma otra decisión, porque esperar es mejor haber si la regla viene; decisiones…”
Por supuesto, la canción refleja lo que este querido muchacho le sugiere a su novia que haga, para Juan el hecho de que su novia este embarazada por accidente es el hecho de que tenga que abortar ese niño, primero porque él y ella no tienen como mantener al bebé en este momento, segundo si tienen el bebé él no podrá continuar en la universidad y Sara no podrá terminar la secundaria; cualquier pretexto es válido para Juan, el hecho es que ese hijo no puede nacer porque nadie tiene el derecho de castigarlos por disfrutar de sus relaciones sexuales.
Sara al escuchar lo que piensa el hombre que ella ama y el padre de su hijo queda completamente abrumada, no sabe si hacerle caso a su novio o a su amiga, ya que cada uno la aconseja con argumentos válidos, pero Sara esta conciente de que cualquier decisión que tome contiene un peligro diferente pero de una u otra manera es peligro, por un lado está el peligro de que sus sus padres se enteren y por otro está el peligro de realizarse un aborto voluntario y que se pueda enfermar o hasta morir.
Ya casi entra el medio día, Sara a caminado por todo el parque y sus alrededores pensando que va a hacer, esta desconectada de la realidad, ya se esta haciendo a la idea de que dentro de ella crece una vida inocente que no tiene maldad y mucho menos es culpable de su error, pero también piensa que ella no merece acabar con su vida y sus sueños.
Dando vueltas y vueltas decide entrar al templo para aclarar un poco sus ideas, antes de iniciar la eucaristía parece que en los medios han publicado la noticia de la legalización del aborto en el país, para casos exclusivos como violación o posibles deformidades; debido a este suceso el sacerdote eleva una solemne oración hacia Dios: “Señor, te pedimos por los niños que no nacieron. Por las madres que no supieron pedir tu ayuda y que decidieron terminar con la vida de su hijo, antes de que ellos pudieran ver la luz. Tu Luz. Danos el don de reconocer que nuestra vida es un regalo tuyo y que debemos cuidarla para poder cumplir la misión que Tú esperas de cada uno de nosotros”.
Sara no soporta más parece que todo estuviera en su contra sale corriendo de la Iglesia, se esta consumiendo por dentro, su hijo ya esta creciendo y sintiéndose rechazado , el padre del niño está pensando como deshacerse de él, la amiga de la madre piensa como ayudar a su amiga tratando de evitarle problemas, gira el círculo vicioso. La temperatura es alta Sara esta indispuesta, la cabeza le da vueltas, la ropa le estorba, en fin se siente ahogada, cae en el piso; cuando despierta esta en su casa rodeada de su familia que solo llora y se lamenta en su habitación, Sara había perdido su bebé, su familia estaba decepcionada, Juan estaba tranquilo aunque en el fondo sentía la perdida de su hijo, Laura estaba desconcertada y tenía la ilusión de que en caso de que su amiga no hubiera perdido el niño lo hubiera dejado nacer, porque para Laura las personas que están a favor del aborto deben reconocer que ellas ya nacieron y que tienen vida, ¿acaso a ellos se las negaron? y ¿quién sabe en que circunstancias fueron concebidos y traídos a este mundo?.
¿Quién sabe cual habría sido la decisión de Sara?, pero el destino decidió antes que ella sin medir consecuencias, los padres de Sara se enteraron irónicamente del embarazo de su hija al mismo tiempo que se enteraban que había sufrido un aborto espontáneo debido a su corta edad.
domingo, 13 de septiembre de 2009
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